Friday, May 20, 2011

Mi experiencia personal con la literatura española


Mi experiencia personal con la literatura española
¿Debemos sentirnos, nosotros los hispanoamericanos, orgullosos de la literatura española del siglo de oro? ¿Cual debe ser la reacción apropiada de un hispanoamericano con respecto a la cultura ibérica? ¿Se le debe celebrar, apreciar y vanagloriar a la cultura de los peninsulares? O ¿Debemos rechazar todos los productos culturales de aquella civilización de barbaros conquistadores, de corruptos virreyes y de genocidas encomenderos? Difíciles preguntas son estas dado que aún hoy día en Latinoamérica todavía se resiente las atrocidades cometidas por los españoles entre el siglo XV y XIX. En la academia hispanoamericana contemporánea no existe una repulsión por estudiar este tipo de literatura, pero siempre y cuando no se llegue a los extremos, es decir si hay un fanático por ahí que clame que la mejor literatura peninsular es mejor que la continental de seguro aquel ingenuo pregonero será crucificado por todos aquellos que claman lo contrario. Hago este tipo de preguntas (se podrían decir capciosas) porque aún me intriga el hecho de que el español vino de Europa y que irremediablemente es mi lengua materna.  Si yo incentivo un rechazo a la cultura española por simples motivos chauvinistas, ¿No estaría entrando en una contradicción? No es acaso una paradoja criticar la civilización española en la misma lengua de los genocidas? ¿No es absurdo exaltar la literatura hispanoamericana, pero renegar de la literatura española porque ya no tiene nada que enseñar?
Me ha tocado estudiar no sólo la literatura española del siglo de oro, sino también la de a mediados del siglo XX y algo de la literatura revolucionaria hispanoamericana. En esta última se resalta el legado colonialista que nos dejó España. La discriminación racial y la injusticia social es la herencia que nos dejó la corona. Ni siquiera con nuestras guerras revolucionarias del siglo XIX  y del siglo XX pudimos deshacernos de ella. Esta es la razón del posible resentimiento contra la “madre patria.” Recuerdo que en mi colegio secundario no faltaba un profesor renegón que vociferaba, “¡hubiera sido mejor que los ingles nos hubieran conquistado en vez de los ignorantes españoles!.” Otros eran menos radicales y un poco más autóctonos ya que incentivaban la literatura nacionalista, hispanoamericana o “universal”, mientras eludían la espinosa literatura española. Recuerdo que un amigo de mi universidad me habló terriblemente de un cierto profesor, que había vivido mucho tiempo en España, que se creía un virrey porque pronunciaba las zetas y las uves. Obviamente, su especialidad era la literatura del siglo de oro: toda una rareza en la universidad.
Este rechazo también se traspasaba al nivel universitario. De acuerdo con el mito universitario, las dos más importantes universidades del Perú, la Pontificia Universidad Católica del Perú(PUCP) y la Universidad Nacional Mayor de San Marcos(UNMSM), no sólo se diferencias porque la primera es privada y la última es estatal, sus antagonismos se reflejan en los enfoques para enseñar literatura. La PUCP se avoca más a la literatura española y hispanoamericana, mientras la San Marcos prefiere más la literatura nacional e indígena. En otras palabras, a los ojos de los sanmarquinos (y también de los villarealinos) los pontificios eran estudiantes alienados que bailaban flamenco, cantaban zarzuelas y declamaban a Garcilaso (El español por supuesto) a viva voz y con un perfecto acento peninsular. Obviamente que esta creencia formaba parte del folklore universitario que me fue transmitido cuando estudié el primer año en la Universidad Nacional Federico Villareal[1]. Pero, ahora que he estudiado esta literatura prohibida y he ahondado más en la literatura española,  me doy cuenta del grave error que se comete al negar enteramente la literatura española. No sólo se cae en una contradicción,  sino que se pierde más de mil años de la historia de la lengua.
En mis primeras lecturas de los cantares de gesta y de los cantares de clerecía, me fascinaba leer ese español recién nacido, aún imperfecto, que todavía no se definía como lengua culta, que aún se parecía al portugués. Lo que me fascinaba más aún, era que muchos de los dichos, el lenguaje de doble sentido y las indirectas, que se utilizaban en el siglo XIII y XIV, podía aún entenderlos. Me sorprendía el hecho que el lenguaje de mi madre no se diferenciaba mucho del lenguaje indirecto del pillín del Arcipreste de Hita. Con la venida del renacimiento y la conquista española de américa, la literatura española llegó a un apogeo cultural increíble y el legado de esos años magnos es la literatura del Siglo de Oro. Bueno, al menos hicieron algo de provecho con todo el oro que se robaron.
Respecto a la literatura de la post guerra, gracias a los cinco libros que leí en la clase de la profesora Galina Bakhtiarova, aprendí la dinámica de la sociedad española después de la guerra civil: Las consecuencias de la guerra en la familia (La plaza de Diamantes- Mercé Rodereda), la devastación del espíritu español (Nada de Carmen Laforet), el conflicto entre la nueva y la antigua generación (La muchacha de las bragas de oro de Juan Marsé)   y hasta el cinismo de las últimas décadas del siglo XX (Los mares del sur de Manuel de Vázquez Montalban). España no es sólo aquel reino conquistador que llegó a ser un gran imperio,  la “madre patria” sufrió también terriblemente del despotismo de los poderosos, pero su gente resistió con valor y supo recuperarse de la catástrofe. Ahora por fin entiendo porque Vallejo le dedico todo un poemario a la Republica Española.
Supongo que este no es el fin de mis estudios universitarios. Aún me falta mucho por descubrir otras literaturas y por profundizar en las que ya conozco, pero me incentiva el hecho de que toda la literatura hispana está interconectada. Porque es difícil imaginar la literatura hispanoamericana sin los exiliados republicanos que vinieron a parar a nuestras tierras. Un claro ejemplo es el homenaje que hace Gabriel García Márquez al sabio catalán en su novela Cien Años de Soledad. Esto me incentiva más, me llena de orgullo de hablar este hermoso idioma y me siento con la responsabilidad de difundirlo.
Muchas Gracias queridas Profesora Alba Skar y Galina  Bakhtiarova.


[1] Según mis amigos esto sólo sucede en el primer año de la carrera. Ya más adelante

Sunday, May 8, 2011

La vida es sueño


En el drama La vida es sueño, el rey Basilio encierra a su hijo, heredero del trono, porque en sus interpretaciones astrológicas descubre que su primogénito tendrá un papel nefasto para la nación polaca, “Yo, acudiendo a mis estudios,/ en ellos y en todo miro/ que Segismundo sería/ el hombre más atrevido,/ el príncipe más cruel”(Verso 710). Consecuentemente, Segismundo será encerrado para que el reino se evite de tener como rey a un cruel tirano. La predestinación es lo que mueve está obra. Segismundo está desposeído de su libre albedrío porque las fuerzas que gobiernan su destino son más determinantes que su voluntad. Así lo cree su padre y así lo seguirá creyendo a no ser que su hijo le demuestre que el destino del hombre no está predestinado sino que es susceptible al libre albedrío. Para lograrlo, Segismundo tendrá que demostrarle que existen factores que influyen en el destino del hombre y que no necesariamente son imperturbables. 
            Hecho un prisionero, Segismundo se queja, “!Ay mísero de mi! ¡Y hay infelice!/ Apurar, cielos, pretendo ya que me tratáis así, qué delito cometí/ contra vosotros naciendo”(Verso 100). Segismundo reclama a los cielos saber el motivo de su desgracia. El motivo de su castigo se debe a una razón y esa razón se debe saber. Su desgracia no puede ser irracional ni desconocida. La razón la sabe su padre debido a sus lectores astrológicas sobre su destino, pero en realidad es el propio padre el causante de su desgracia. En el siglo XVII ya no existe seres mitológicos ni oráculos fiables que acierten en todas sus predicciones. Ya no están en los siglos de la tragedia griega, aquella en donde sus héroes sufrían de los designios de sus terribles dioses. El drama española está más cerca al pensamiento renacentista, aquel que ubica al hombre en el centro del universo. Por eso el destino de Segismundo puede ser reversible siempre y cuando su padre así lo desee como después se ve en la obra.
           
Liberando a Segismundo, El rey Basilio le da una oportunidad para que demuestre que los hados estaban equivocados al vaticinar su destino de cruel tirano, “Porque aunque su inclinación/ le dicte sus precipicios,/ quizá no vencerán/ porque el hado más esquivo,/ la inclinación más violenta,/ el planeta más impío,/ sólo el albedrío inclinan,/ no fuerzan el albedrío”(verso 790). Sin embargo, Segismundo, liberado ya, decepciona las expectativas de su padre de verlo un rey justo. El deseo de venganza de Segismundo hace que se comporte como el tirano que los hados predestinaron, “Barbaro eres y atrevido;/ cumplió su palabra el cielo;/ y así, para él mismo apelo,/ soberbio, desvanecido./(1520). Desde la perspectiva del rey, la cruel actitud de Segismundo y su deseo de venganza contra todos aquellos que le agraviaron es muestra irrefutable de que los hados tenían razón al vaticinar el tiránico comportamiento de Segismundo. Pero, en ningún momento piensa que fue él mismo el causante de que Segismundo se volviera un bárbaro. Segismundo, aunque fue cuidado y educado por Clotaldo, nunca gozó de la libertad que todos los hombres necesitan, “Que aunque yo aquí/ tan poco del mundo sé,/ que cuna y sepulcro fue/ esta torre para mi”(195).  Es la falta de  la libertad, lo que hace de Segismundo un hombre con un destino más nefasto que el de una bestia porque aunque sea este tiene libertad.
La consecuencia de los actos barbáricos de Segismundo después de ser liberado es su retorno a la torre, cuna y prisión de su desdichada vida. Allí, Segismundo declama uno de los más famosos monólogos de la literatura universal, “¿Qué es la vida? Una ilusión,/ una sombra, una ficción,/ y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño,/ y los sueños, sueños son  (2185).   La  desgracia de su vida no se debe simplemente a la imposibilidad de controlarla, ya que por lo general todos los sueños son incontrolables, la desgracia es producto de fuerzas más humanas, en el caso de Segismundo, fuerzas paternales, que extirpan la liberta del hombre. El dram de Pedro Calderón de la Barca bien pudiera haber terminado aquí, transformando así su obre en una tragedia, una tragedia ocasionada por el hombre y no por fuerzas sobrenaturales. Pero debido a que la tragedia de Segismundo se debe a causas humanas es posible que su destino cambie. En el último acto Segismundo es salvado gracias a la intervención del pueblo que supo el paradero de su verdadero rey. Segismundo otra vez liberado ya no siente deseos de venganza. Sabe que esta nueva oportunidad puede ser otro simple sueño, tal vez un sueño dentro de otro sueño. Al final, Segismundo le dice a su padre, una vez derrotado por su hijo gracias al apoyo del pueblo, “Mi padre, que está presente,/ por excusarse a la saña/ de mi condición, me hizo/  un bruto, una fiera humana;/ de suerte que, cuando yo/ por mi nobleza gallarda,/ por mi sangre generosa,/ por mi condición bizarra,/ hubiera nacido dócil/ y humilde, sólo bastara tal género e vivir, tal linaje de crianza, a hacer fieras mis costumbres. / ¡Qué buen modo de estorbarlas! (3185).  Segismundo argumenta correctamente su reclamo contra su padre. No es posible criar a un noble en condiciones deplorables, sin libertad y sin dignidad. El noble para ser noble debe vivir como uno. Lo mismo pasa con la vida de una bestia: La bestia es bestia porque fue criada como tal. La vida es sueño no es un drama moderno porque muestra que el rió de la tragedia humana, su curso puede ser cambiado. No debido a predestinaciones,  sino a la propia voluntad del hombre.

Thursday, May 5, 2011

Guzman de Alfarache

La más tradicional interpretación de la novela picaresca Guzmán de Alfarache[1] afirma  que Guzmán de Alfarache es una novela moral cuya misión es enseñar al publico lector sobre los vicios que corrompieron la sociedad española en el siglo XVII.  Sergio Fernández lo entiende así,        “El deseo cristiano de redimir al mundo por medio del desprecio hacia todo lo terreno; el querer enseñar un camino de bondad y gracia que salve a la humanidad; el sentirse con una misión divina que cumplir, nuevo Mesías—uno más—de la historia, es lo que ha hecho fundamentalmente a Mateo Alemán haber concebido su novela “Guzmán de Alfareche” y darle la forma de un gran relato en el cual intervienen todos los problemas propios al ochocientos español”(422).
Según se entiende, Guzman de Alfarache narra su vida personal para condensar la conducta del hombre español en el siglo XVII. A lo largo de la novela el lector aprenderá las razones de porque Guzmán llega a ser un pícaro y, a través de una autocritica, cómo es qué él mismo analiza su vida pasada, sus errores y sus desgracias, “Digo—si quieres oírlo—que aquesta confesión general que hago, este alarde público que de mis cosas te represento, no es para que me imites a mí; antes para que, sabidas, corrijas las tuyas en ti (73[2]). El lector deberá aprender de sus errores y no seguirlos. La ejemplarazación de la vida de Guzmán de Alfarache seda al no mentir ni agregar nada sobre su vida de pícaro. Es decir, no peca de hipocresía sino que cree necesario que el lector debe saber todo lo malo y lo bueno de su vida.  
Sin embargo, Guzmán de Alfarache también se cerciora de achacar su comportamiento a la corrupción de la propia sociedad. Es decir, también existe una crítica a la sociedad española que induce al individuo a aceptar la vida del pícaro. Las fuerzas corruptoras de la sociedad española son tan fuertes que. Como concluye Sergio Fernandez, “Guzmán de Alfarache es la amarga realidad que provoca una época encerrada en sí misma, sola y desesperanzada (423). La sociedad es la corruptora del hombre porque bajo la influencia de ella es que el hombre se forma. ¿Cómo es posible hablar de los males del hombre sin dejar hablar de los males de la sociedad? En esta nueva literatura ya no se place mucho énfasis en la  maldad inherente del hombre, como el mester de clerecía propone. El protagonista de esta nueva literatura moderna se ve derrotado por la sociedad corrupta y no le queda otro camino que adaptarse a ella.  



[2] De la versión Clásicos Castellanos – Mateo Alemán – Guzmán de Alfarache- Volumen 3 – Espasa-Calipe, S.A. Madrid.

Sunday, March 6, 2011

Una opinión personal sobre El Lazarillo de Tormes



            Cuando terminé la lectura de la novela, con la frase, supongo inmortal, “De lo que de aquí adelante me sucediere avisaré a vuestra merced,” me quedó ese sensación de un lector entusiasmado para saber más de la vida de este personajillo indudablemente encantador. En el mundo ficcional de la obra, el Lazarillo es un inmortal que sigue viviendo fortunas y adversidades todas, seguramente fascinantes, alas desconocidas.  Sólo sé lo que él ha decido contarme y basado en esta, su breve historia, es que debo formarme una opinión sobre él.
¿Qué provecho puedo obtener de las fortunas y adversidades de Lazarillo de Tormes? El propio personaje me responde:
Y todo va de esta manera: que, confesando yo no ser más santo que mis vecinos, de esta nonada, que en este grosero estilo escribo, no me pesará que hayan parte y se huelguen con ello todos los que en ella algún gusto hallaren, y vean que vive un hombre con tantas fortunas, peligros y adversidades.”(Lazarillo de Tormes- Edición Nemesio Martín 24)
La intención del narrador en este párrafo es el de excusarse, primeramente de su condición de ser humano imperfecto y él de aclarar que su intención no es moralizar, sino entretener. Apenas, ambiguamente dice que, “Y esto para que ninguna cosa se debería romper ni echar a mal, si muy detestable no fuese, sino que a todos se comunicase, mayormente siendo sin prejuicio y pudiendo sacar de ella algún fruto(23).” Si es pudiera sacar algún fruto de esta obra, no va a ser una optimista o iluminador para mi vida. No hay moraleja en esta novela. La historia que leo es el resultado de un espíritu que desea ser “recompensado” con tan sólo un poco de mi tiempo para leer su historia. El autor desea un reconocimiento artístico más que un reconocimiento moral porque en realidad su propia imperfección le impide recibir crédito alguno para su vida. No quiere ser un modelo a seguir, un santo venerado o un mártir respetado. Su condición es demasiada humana para ser encasillado tan heroicamente.
            Al principio, la vida del Lazarillo resembla a la de un niño explotado por 3 dueños que, como menciona Didier T. Jaén, sufren de los 7 pecados capitales, “Un mozuelo-Lazarillo-ingenuo, con capacidades innatas para la compasión y la bondad, debido, en parte, a su ambiente familiar y, en parte, a las experiencias sufridas al servicio de diversos amos cuyas cualidades morales representan casi todos los pecados capitales y aun algunos otros”(133). Sin embargo, la inocencia y bondad de Lazarillo se pierda por la crueldad que recibe. Howard Mancing en su ensayo The Deceptiveness of Lazarillo de Tormes concluye que, “As Lazarillo slowly descends toward starvation he simultaneously ascends in the eyes and heart of the reader to the point where he deserves unreserved admiration. Having reached the limits to which these trajectories can be taken, in the third chapter, the process is swiftly and brutally reversed, so that at the end of the book Lazaro enjoys security and material comfort but is morally bankrupt”(430).  Lazarillo termina moralmente en bancarrota a los ojos del lector, pero ¿Acaso Lazarillo ya no se ha excusado de aquel juicio moral en su prologo? Además su meta no era el de contar una historia moralizadora, lo que más le importa a Lázaro es que el lector sepa su historia.
Lo más importante en el Lazarillo de Tormes es su contribución a literatura universal. El Lazarillo de Tormes inicia una nueva forma de entender la realidad. Ya no más historias de héroes incorruptibles, ni de eventos sobrenaturales ni milagrosos. Suficiente con lecturas de difícil comprensión, sólo apta para fanáticos de la literatura greco-latina.  Ahora son las historias de personas comunes, vulgares y prosaicas  las que hacen ahondar al lector en su humanidad, en la triste condición de ser hombre y mujer en un mundo cruel, pero también bondadoso. Honestamente, La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades ha sido la primera lectura que me ha entretenido e iluminado. Más que una mera novela picaresca, porque obras así son inclasificables, una novela para toda la vida.  


Sunday, February 27, 2011

El conde Lucanor


En todas las lecturas hechas, a excepción del Cantar del Mío Cid, las obras escritas tuvieron lectores eruditos. Fueron clérigos, en su mayoría, pero también la aristocracia y otros hombres letrados fueron los que pudieron acceder a los mesteres de clerecía. Lo que demuestra que la educación en la edad media era un privilegio; sólo los hombres pudientes tenían acceso a ella.  Pero, además del factor económico-social, el factor tecnológico también influenció en la reducida población de lectores que tuvieron los escritores del medioevo. El uso del pergamino para la distribución de las obras eran sumamente costoso, hasta que “El papel, originariamente utilizado en la China, llegó a la España árabe en el siglo IX...Todos los manuscritos habían sido confeccionados anteriormente en pergamino o en vitela, más escasa y más cara aún, mientras que el papel, dominada la técnica de su manufactura, era barato y abundante” (A.D. Deyermond 239). Aún se esperaría hasta el siglo XVI para que la imprenta revolucionaria radicalmente la industria editorial de Europa, pero con un medio más barato y producido en mayores cantidades, la literatura medieval sufrió un cambio significativo: “el empleo del papel facilitó los libros a un público de mayor amplitud”(A.D. Deyermond 239).   Este publico ciertamente siguió siendo pudiente y aristocrático, pero el alcance de la literatura se amplió significativamente. Ante este nuevo público ¿Qué clase de literatura escribió Don Juan Manuel?  
Según las mismas palabras del autor:
Por eso yo, don Juan, hijo del infante don Manuel, adelantado mayor del Reino de Murcia, escribí este libro con las más bellas palabras que encontré, entre las cuales puse algunos cuentecillos con que enseñar a quienes los oyeren. Hice así, al modo de los médicos que, cuando quieren preparar una medicina para el hígado, como al hígado agrada lo dulce, ponen en la medicina un poco de azúcar o miel, u otra cosa que resulte dulce. (http://www.cervantesvirtual.com/s3/BVMC_OBRAS/000/52e/2a8/2b2/11d/fac/c70/021/85c/e60/64/mimes/p0000001.htm#I_14_)
Se colige que el autor decidió escribir un libro que sea útil para la sociedad y a la vez bellamente escrito. No pretendía llanamente moralizar a sus lectores sino también entretenerlos. Con este objetivo rehuyó del academismo y pretenciosidad que estaba de moda entre los escritores, especialmente los de Mester de Clerecía, al negarse citar fuentes grecorromanas en sus obras, “Juan rehúye,  como otros casos, toda referencia  culta y plantea con agudeza ensayista moderno el problema del deleitar aprovechando”(José Manuel Blecua 29).  
Aún así, a pesar de este enfoque pragmático que le da Don Juan Manuel a sus obras, los temas de sus cuentos no eran específicamente de carácter universal. En aquella época, no era la inmortalidad lo que interesaba a Don Juan Manuel, sino “the problems that face a nobleman and how those problems are resolved(James A. Grabowska – The Rethoric of Power in Juan Manuel´s “El conde Lucanor”).  “Las enseñanzas del El conde Lucanor están hechas a medida de la nobleza española. El libro  les previene contra la mediocridad, la indolencia, la autosatisfacción, la tontería, el engaño de que pueden ser victimas”(Ian Macpherson – Los cuentos de un gran señor: La doctrina de El conde Lucanor).
Aquellos nobles españoles vendrían a ser los lectores ideales de Don Juan Manuel, más los lectores reales del siglo XXI difieren enormemente de estos; sin embargo, el  hombre contemporáneo aún no se ha librado de todos los vicios que corrompieron a la sociedad medieval. He aquí el carácter universal  de El conde Lucanor. Aún la sociedad del siglo XXI enfrenta problemas de ingratitud (Cuento XI) peer presure (Cuento II)  y hasta de estafas (Cuento V).

Monday, February 21, 2011

Los milagros de Nuestra Señora


Ante la rectitud de la ley escrita por Dios (Padre, hijo y espíritu santo) se opone la bondad de la virgen María. Ella es la intercesora de los humanos que, a pesar de conocer las leyes y las terribles consecuencias si no las cumplen, caen siempre en pecado, es decir en el quebrantamiento de la ley. La condición de María como intercesora pertenece a la tradición católica y como toda tradición cultural su trasmisión se facilita mejor por la vía oral. Gonzalo de Berceo habrá tomado influencias y prestamos de la literatura de su época para componer Milagros de Nuestra Señora[1] pero cómo menciona Antonio G. Solalinde[2], “Berceo, a pesar de su temas religiosos, de sus fuentes latinas y de su métrica precisa, no es un poeta erudito, sino más bien un escritor que quiere popularizar estas leyendas entre sus oyentes o lectores, a los que continuamente se dirige”(XIII). Los versos de Gonzalo son sencillos en su composición y carecen de referencias intertextuales, las cuales sólo pueden ser captadas por eruditos de la literatura medieval.
La meta de Gonzalo de Berceo es el de transmitir el carácter misericordioso de la Virgen María. Ella, más que una intercesora, es la madre del hombre y la mujer que viven en pecado. Su misericordia se divide, según Juan Manuel Rozas, en milagros de Premio y Castigo, Milagros de Perdón y Milagros de Conversión y Crisis. “Todos éstos tiene una fuerte cohesión por medio de la crisis espiritual que sufren los personajes, todos ellos conflictivos y con una carga existencial dominante sobre el sentido doctrinal de los textos” (Historia y Crítica de la Literatura Española 156).  La carga de la ley escrita pesa sobre los espíritus débiles del hombre y de la mujer, pero esa debilidad no se debe a una crisis de valores o de falta de ética, sino porque está en la naturaleza del ser humana el ser un hombre pecador, de acuerdo a la cosmovisión de la religión católica.  El caso más claro es la historia El ladrón devoto. El narrador dice de él “Si facia otros males, esto non lo leemos;/ Sería mal condempnarlo por lo que non savemos;”(38). El narrador clarifica en su historia que el ladrón es juzgado por lo que hace y por lo que se conoce. No ahonda en su sicología ni en los motivos del personaje para ser ladrón. Más el ladrón se salva de ser ahorcado en la historia porque a pesar de sus errores había “una bondat/ Que li valió en cabo e dioli salvedat: Credia en la Gloriosa de toda voluntat, Saludavala siempre contra la su magestat.”(39). Al ladrón le vasta creer de toda voluntad en la Virgen María para ser salvo. Ella es finalmente la salvadora “El por bonos e malos por todos descendio:/ Ella si la rogaron, a todos acorrio”(42).



[1] En la primera historia La casulla de San Ildefonso escribe lo siguiente “Dizienli Ydelfonso, dizlo la escriptura, Pastor que a su grei dava buena pastura”
[2] En su prologo en la edición del Libro Clásicos Castellanos 1964

Sunday, February 13, 2011

2 conclusiones sobre El libro de buen Amor


Una conclusión concreta que se obtiene después de la lectura de Libro de buen Amor,  y después de leer las críticas y estudios que se han hecho sobre la obra, es que su interpretación es compleja y variada. No sólo por la ambigüedad que le ha impreso el autor es deliberada, sino que la interpretación que se puede obtener del libro es influenciada por la época en que se la lee. Por ejemplo, ¿Qué quiere decir el Arcipreste de Hita con buen amor? Alicia C. de Ferraresi responde, “si para el trovador del siglo XII era el beso gracia ennoblecedora, en las Leys d’ amor, de mediados del siglo XIV, podía ser cosa deshonesta y ocasión de pecado.”(Historia y crítica de la literatura española 236) Cabe preguntar ¿Qué significa el buen amor para el siglo XXI? Seguramente, el lector moderno[1] ha de interpretarlo conforme a sus preconcepciones: sobre lo que es buen amor y mal amor; pero principalmente sobre lo que no es amor. Habrá momentos de Eureka donde el lector pensará que lo gente pensaba en el siglo XIII en los asuntos del amor no ha variado mucho, que las reglas del amor, mejor dicho del juego del amor, siguen vigente, pero ciertamente el lector optara por una interpretación personal. Además, así parece que lo ha querido el propio autor ya que cada uno es libre de interpretar la palabra, como en el cuento del griego y el romano, a su propia conveniencia
La segunda conclusión se relaciona con el estudio histórico y intertextual de la obra. ¿El libro de buen amor  refleja históricamente la sociedad del autor? Dey nos recuerda que la época en que vivió el autor fue turbulenta, exactamente en el reinado de Alfonso XI (1312-1350) y para lidiar con la época hubo de utilizar la parodia, “Esto lo llevo a dar con una fórmula que casi logró la reconciliación entre elementos irreconciliables: la doble vertiente de su propia naturaleza, sus inclinaciones de sacerdote y de poeta, la realidad histórica de la Castilla del siglo XIV y las doctrinas de la Iglesia. Todos estos conflictos solamente se hacían soportables mediante la burla – solución que pronto resultaría imposible– (206).  Pero G.B. Gybbon dice que no, “Es difícil creer que un arcipreste de Hita quedase ignorante de todo lo que pasaba en Castilla, y es lógico buscar en su obra algún eco de las malas condiciones prevalecientes. Pero no se encuentra...El Libro de buen amor es esencialmente literario (16[2]). Libro de buen amor es “esencialmente literario” porque el libro es rico en referencias literarias de otros libros como el Pamphilus; sermones eclesiásticos, cuentos esópicos, proverbios bíblicos. ¿Sería mejor clasificarlo a la obra cumbre del Arcipreste de Hita, como un libro escapista?. Dado que lo escribió en una época turbulenta, pero que al mismo tiempo decidió no reflejar los problemas de los cuales fue testigo. Además, su mundo en netamente literario lo cual nos remite a pensar que su fin era simplemente de entretener a sus lectores con sus parodias. No obstante, el Arcipreste de Hita escribió su obra en el siglo XIV, época donde la gran masa no sabía leer ni escribir. Sería incoherente que se afirme que el arcipreste fue un escapista, más bien estaba consciente de su literatura iba a ser leída por gente instruida. Por eso,




[1] Me refiero al lector común y corriente, ese que no tiene un doctorado en literatura medieval. Sí, me pregunto cómo sobrevivirá esta obra en estos tiempos donde la lectura parece una odisea. 
[2] Introducción Biográfica y Crítica Arcipestre de Hita – Libro de Buen amor – Edición G.B. Gybbon-Monypenny –Clásicos Castilia 1988.

Wednesday, February 2, 2011

El Cantar del Mío Cid, entre la historia y la literatura


El Cantar del Mío Cid, entre la historia y la literatura
El ejemplar escrito del Cantar del Mío Cid que ha sobrevivido no está completa. La épica castellana carece de una introducción y de otros fragmentos, pero estas carencias se subsanan gracias a que se hace uso de crónicas de la época para completar la obra[1]. Es decir, que se hace uso de la historia para completar una obra literaria. Lo que conllevaría a una primera pregunta: ¿Qué tan fidedigna la historia Ruy Rodríguez de Vivar que el lector moderno lee en el Cantar del Mío Cid? Se asume que la literatura ayuda a comprender mejor ciertos hechos históricos. Ya que como productos culturales producidos por personas que vivieron aquellos hechos, generalmente se descubre datos[2] que no son encuentran en las historias oficiales. En este caso, El cantar de Mío Cid ayudaría a un lector a aprender cuales eran las dinámicas sociales en la edad media desde la prospectiva del juglar. Lo curioso, es que, por los fragmentos perdidos, parte de la realidad del Cantar del Mío Cid debe ser extraída de crónicas, que a su vez se basaron en el mismo cantar. Consecuentemente, la ficción se hace fáctica, para luego en un proceso inverso se convierte nuevamente en ficción. Un claro ejemplo es el caso de Estoria de España. Según Deyermond,  en esta crónica se cuenta la historia del Mío Cid, en especial la historia de los condes de Cardeña[3], “Esta Estoria de Cardeña, es en gran parte debido a su incorporación en la Estoria de España, ejerció intensa influencia, condicionó el punto de vista de muchas generaciones sobre la vida del Cid y reemplazó la narración más exacta, en latín, de la Historia Roderici, elaborada en la primera mitad del siglo XII (Historia de la literatura española 85). Resulta que el episodio de los condes de Cardeña es una invención poética, una estrategia por parte del juglar para crear un punto de intereses para sus oyentes (lectores). El juglar personifica al Cid, lo transforma en un producto literario. Como concluye Leo Spitzer,
“Los elementos ficticios de Menéndez Pidal –el episodio del león, la oración de Jimena y la visión de arcángel Gabriel- , así como los no reconocidos –el primer matrimonio de las hijas, la afrenta de Corpes y el segundo matrimonio de las hijas anunciando cuando fracasa el primero- , se revelan como elementos no advenedizos, sino fundamentales en la fabulación del Cantar, que sirven para poner de relieve la trayectoria ascendente de la vida del héroe”(Historia y Crítica de la Literatura Española 105). 
Se concluye que la relación entre la historia y la literatura es sumamente compleja. En el ejemplo del Cantar del Mío Cid, se demostró como un hecho ficticio se transformo en un hecho real (Los Condes de Cardeña) y esto condicionó la imagen histórica que se tenía del Cid, negando así la crónica más verídica. Sin embargo, esta acción corruptora de la literatura sobre la historia se va a condenar tiene una causa: La “verdadera” historia suele ser “dura” y “aburrida” para el común de la población y muchas veces por estética debe ser alterada para amoldarse al gusto del espectador o lector[4].


[1] Por ejemplo en la edición de Luis Guarner, en la nota 15, se explica que la primera parte del relato ha sido obtenido de La Crónica de Veinte Reyes.
[2] Por datos me refiero tanto a hechos históricos no tomados en cuenta por la historia oficial, pero también a prospectivas distintas, generalmente, que es muy difícil de obtener siguiendo cuando se lee un texto objetivo
[3] Brevemente, En el Cantar del Mío Cid se cuenta la historia de los condes de Cardeña y de la afrenta que ellos ocasionaron contra las hijas del Mío Cid. Supuestamente, según tengo entendido en mis lecturas, este episodio se tomo como hecho real para luego ser desmitificado en subsecuentes estudios sobre el Cantar. 
[4] Ésta es una vieja practica pero siempre se utiliza. Un claro ejemplo es la película  The King Speech(Tom Hooper 2010). Aunque ha recibido buenas críticas, Manohla Dargis nos advierte sobre la exactitud historica de la película, “Those would surely lessen if the film tagged after him when he and Mrs. Simpson subsequently took their post-abdication tour around Germany, where they had tea with Hitler and the Duke returned the Führer’s Nazi salute. Like many entertainments of this pop-historical type, “The King’s Speech” wears history lightly no matter how heavy the crown.”( http://movies.nytimes.com/2010/11/26/movies/26king.html) Claro cuando estaba viendo la película coincidentemente también estaba leyendo el libro lo que motivó concientemente a compararlas ya que ambas tienen un propósito: promover una ideología. Ya sea en el Mío Cid donde se promovueven valores cristianos y donde se resalta el honor castellano, lo mismo pasa en The King’s Speech, se quiere resaltar los valores “democraticos” y “humanistas” de Inglaterra.

Friday, January 28, 2011

Las Jarchas

Las Jarchas
En Historia de la literatura española, Deyermond (1987) califica a las Jarchas como uno de los descubrimientos más importantes en los estudios de la literatura española medieval, “Por largo tiempo se creyó que toda la lírica románica se originó a partir de la provenzal, teoría que se vendría abajo ante el descubrimiento por S.M. Stern[1], en 1948, de unos breves poemas escritos fragmentariamente en mozárabe, dialecto arcaico del español utilizado en las zonas de dominio islámico.” Estos poemas fragmentarios (jarchas) eran insertados al final de una Moaxajas(escritas en árabe o hebreo clásico), “especie de composición poética hispano-árabe utilizada asimismo por los poetas hebreos españoles”(28).  Las jarchas se consideran como unas de las más tempranas expresiones poéticas en el mundo hispánico. Lo que nos lleva a preguntar: ¿Por qué Deyermond considera a las Jarchas como un descubrimiento importante en la literatura española? 
Por mucho tiempo se creyó las primeras manifestaciones poéticas hispánicas habían sido influenciado directamente del Provenzal (una lengua derivada del Latín), sin embargo, por el descubrimiento de Stern, se infiere que en realidad la poesía primitiva española tuvo un origen sincrético. Tres culturas se unieron para formar una jarcha, “tres razas, tres literaturas, tres lenguas colaboran: cristianos, moros y judíos”(Historia y crítica de la literatura española 62). Este producto cultural hibrido demuestra refuta todo intento de definir la literatura hispánica como meramente románica; la cultura ibérica se desarrolló dentro un espacio multicultural y multiétnico[2].
Un estudio literario de las jarchas indica que estos poemas eran de carácter erótico-amoroso,  “Pertenecen casi todas las jarchas a u género de poesía de amor femenino: expresan el anhelo de una doncella en la ausencia de su amante”(Deyermond 30).
“Oh tú el más bello de todos los seres!
Mi corazón va en pos tuyo, y no vuelves.
Óyele cuando de ausencia se duele:
Tanto bailé con el ama del cura,
Tanto bailé, que me dio calentura[3] (91).
La primera parte es una Moaxaja, la cual expresa un clamor de la amante por su ausente amado que no ha vuelto y que posee un tono más romántico, en cambio la jarcha expresa un sentimiento ambiguo. La palabra calentura se puede entender como agitación después de una actividad física o una excitación sexual por la particularidad del baile.  
Por esta misma cualidad erótica, las jarchas fueron, según Peter Dronke[4], consideradas por la iglesia católica por tener contenido lascivos. De este dato histórico se obtiene una conclusión importante: El erotismo siempre ha existido en las culturas humanas y junto a él, la censura.
Finalmente, el estudio de las jarchas, aparte de desentrañar la historia de la literatura ibérica, también desentraña la historia de la literatura universal, “Los temas que recogen son elementales...se encuentran en las canciones de cualquier época y de cualquier pueblo (Dronke 71). El amor ha sido un tópico universal en la literatura del viejo mundo.  


[1] [1] Con respecto a la validez de este descubrimiento Samuel G. Armistead en su ensayo A Brief History of Kharja Studies (University of California, Davis)  prefiere hablar de una reinterpretación, “We tend to speak of the “discovery” of the Kharjas. This is a misnomer. Certain Kharjas had, in fact, been known, though their importance went unrecognized for over half a century, when in 1948, Samuel Stern, self-effacingly and without fanfare, interpreted most texts of the Hebrew series in a format that made them readily available to Romanists”(8). 
[2] Esto no quiere decir que la convivencia de estas tres culturas fue de forma armoniosa. Por ejemplo A.D. Deyermond, en libro Historia de la literatura español,  nos dice que los único que pagaban impuestos eran los judíos y españoles(23). Además señala que los niños mestizos eran generalmente producto de una madre románica y un padre árabe(33).  Lo que muestra claramente el balance del poder entre la culturas árabes y románicas.
[3] Emilio García Gómez – Las jarchas romances de la serie árabe en su marco
[4] El articulo de Peter Dronke se encuentra en el compendio de Ensayos de Francisco Rico Historia y Crítica de la Literatura Española. Pagina 68-72.